Había un cantinero que tenía un perico. El perico les decía a todos los que entraban, “Hay botana y cerveza.” Pasó el tiempo, y se quemó la cantina. El perico se salvó, y se lo regalaron a un pastor de una iglesia. Cuando entraban los creyentes a la iglesia, el perico les decía, “Hay botana y cerveza.” El pastor lo reprendió y le preguntó porque decía eso. El perico le respondió, “Pues, son los mismos que entraban en la cantina.”
la misma actitud hipocrita de algunos cristianos fue la que hizo a lavey fundar su iglesia satanica, levey tocaba sin ser cristiano para la iglesia y para una taberna, y las mismas personas que el veia en las tabernas los sabados eran las mismas que veia en la iglesia lso domingos dandose en el pecho, cosas como estas son las que hacen que la gente dude de la existencia de nuestro divino creador
Había un pastorcito muy anciano que ya no podía ver, y sus hijos le regalaron una rasuradora eléctrica para que trabajara con sus ovejitas y les pudiera quitar la lana. Al estar el pastorcito trabajando, quitando la lana a las ovejitas, pasa por allí un cerdito (cochinito) y dice el cerdito: “¿Qué estarán dando allí? ¿Por qué habrá tanta ovejita formada? Voy a ir a la fila, a ver que me dan.” Como el pastorcito no miraba, el tomó aquel cerdito en sus manos y empezó a rasurarlo, y el cerdito a gritar y gritar. Al terminar el pastorcito de rasurar al cerdito, con sus manos toca el suelo para tomar la lana y no encuentra nada. El pobrecito pastorcito dijo: “¡Qué raro! Esta ovejita es la que más gritó, y la que menos lana me dio. Así ahí ovejitas en la iglesia.” (Las que más bochinchean son las que no dan nada para la obra de Dios.)
la mujerDios creó a la mujer de una costilla del hombre. No la sacó de los pies del hombre para que no la pisoteara. No la sacó de las manos para que no la manejara. No la sacó de la cabeza para que no estuviera sobre él. La sacó de un lugar cerca del corazón, para que pudiera amarla como a si mismo y cuidarla como se cuida su propio corazón.
Darias d elo que tienes?
Un pastor le pregunta a uno de sus miembros en un estudio bíblico, “Hermano García, si usted tuviera cinco gallinas, las daría para la obra del Señor?” Contesta García, “AMÉN.” Le dice el pastor, “Hermano García, y si tuviera dos caballos, los daría para la obra del Señor?” A lo que contesta García, “AMÉN.” Por último, le pregunta el pastor, “Hermano García, si tuviera una vaca, ¿la daría para la obra del Señor?” A lo que contesta el hermano García, “¡NOOOOOOO! Eso es lo único que tengo.” (Los cristianos en ocasiones estamos dispuestos a dar de lo que no tenemos, pero de lo que tenemos no queremos dar nada para la obra de Dios.)
Se encuentran un billete de un dólar y un billete de cien dólares, y le dijo el de un dólar, “Hola, ¿cómo has estado, cien?” El de cien contestó, “Bien, tú sabes, yo en buena vida de restaurante, en buenas tiendas, y a viajes por todo el mundo. Y tú, uno, ¿cómo has estado?” El billete de uno respondió, “Pues, ya sabes, ¡yo de iglesia en iglesia!”
Había un hombre que era muy rico y muy avaro, tanto que al morir quería llevarse sus riquezas. Cuando estaba agonizando se puso a orar y su oración era esta: 'Señor, sólo te pido que cuando muera me pueda llevar una maleta' y el Señor le dio permiso. En la maleta llevaba puros lingotes de oro y al irse a dormir la dejo a un lado de su cama sosteniéndola con su mano. Se murió y al llegar a la entrada del cielo, un ángel le preguntó su nombre. Revisó en el libro y no aparecía su nombre, entonces él hombre le dijo: 'pregúntale al Señor, él me dijo que podía traer una maleta.' Entonces el ángel le dijo: 'Está bien, pero antes de dejarte pasar, tengo que revisar la maleta.' Al abrirla, el ángel empezó a reírse y le dijo: 'trajiste pavimento, sólo pavimento, aquí las calles son de oro.'
No hay comentarios:
Publicar un comentario